UNA MANERA DE MANEJAR EL ODIO, EL PERDÓN.
Por Roger Garcés
Psicólogo
El Buda dice: El odio es como
lanzar carbones encendidos al otro, es verdad, le hace daño al otro,
pero uno también se hace daño. También se dice que el odio es como tomar veneno
esperando a que el otro sea el que muera. En todo caso, siempre vemos que una vez que se
cae en las redes de la rabia, el que
odia también sale perjudicado. Por eso el Buda proponía una solución verdaderamente salvadora: El Perdón. Él decía: El perdón es una cancelación del
pasado. Y así es, cuando se perdona uno se libera de esos pensamientos que
hacen daño, y que le vienen haciendo daño a uno desde hace mucho tiempo. Cuando
se perdona la acción que nos hizo daño queda atrás y ya no nos vuelve a
lacerar. Aquel maltrato que recibimos de nuestra madre cuando teníamos siete
años y que quedó grabada en nuestra alma, y que determinó y delineó muchas de
nuestras conductas actuales, quedó allá, en 1970, cuando tenía siete años.
Aquella traición que me hizo aquella mujer cuando tenía 17 años y que determinó
cómo serían mis relaciones de pareja durante muchísimo tiempo, quedó allá, en
1980. Ya no me lacera, ya no me martiriza sino que cancelo el pasado y devuelvo
a su tiempo la acción que me lastimó, y no la mantengo viva en mi mente. Siempre se nos ha insistido
acerca del perdón, el Maestro Jesús hablaba de
la necesidad de perdonar, lo que no nos dijeron era cómo perdonar.
Mucha gente hace un acto de perdón y… ... no se siente distinto después de haber
“Perdonado”, no hay ninguna “Liberación”, y es porque no se ha realizado el
perdón correctamente. Es como cuando uno va a misa y recibe la comunión, y el
cura le dice a uno: Por este acto de comunión te son perdonados tus pecados, y
uno con la ostia en la boca, ya sale de la cola de la comunión y se dirige a su
puesto mientras va pensando: Ya me perdonaron los pecados, pero no me siento
distinto. Lo mismo ocurre cuando una
mujer le “Perdona” a su marido una infidelidad, a la primera discusión le saca
en cara la misma infidelidad que días atrás le había “Perdonado”. Esto ocurre
porque no sabemos perdonar, y no sabemos qué es el perdón. Se nos hace difícil
perdonar porque tenemos algunos errores conceptuales con respecto al perdón. Los
errores más comunes son los siguientes:
1)
En
primero lugar el perdón NO es un acto, es un PROCESO. No es como cuando uno le
da al suiche para prender la luz, prendido/apagado o perdonado/no perdonado.
NO, eso no existe. Se INICIA el proceso del perdón, y todavía no se sabe cuándo
se completa. El solo hecho de decir: Te perdono, no es suficiente para
perdonar. El perdón es un proceso que se va incubando, se va desarrollando y va
creciendo; si crece bien y se riega dará frutos.
2)
El
perdón NO es una autorización para que el otro siga lastimando. Sigo con el caso de las mujeres aunque
funciona igual para hombres y para mujeres:
Es como cuando una mujer dice: ¿Para qué lo voy a perdonar? ¿Para que siga con
la otra? También dicen: Es que si lo perdono va a seguir jodiendo!!
Paralelamente al proceso del perdón tiene que haber una acción que limite la
conducta del otro. En todo caso, debe existir algo que controle la conducta
lesiva. En muchos casos las leyes pueden ayudar en este sentido. También puede
ayudar hacer un compromiso sagrado, de tal manera que la persona se comprometa
firmemente a no volver a cometer la falta.
3)
El
perdón NO necesariamente debe conocerse. El perdón es un acto íntimo, el otro
no tiene por qué saber que fue perdonado. Sobre todo cuando se trata de
personas que nos hicieron daño hace mucho tiempo y ya les perdimos la pista
físicamente, pero en nuestra mente están muy activas. Tal vez en la relación de
pareja si es importante el saber que alguien fue perdonado, y esto implica una
responsabilidad y un compromiso de no volver a cometer aquello que lesionó tanto
a la otra persona. De alguna manera implica que el perdonado desarrolle
conciencia de problemática y actitud reparatoria, porque si la idea de un
hombre es tener varias mujeres y no desarrolla juicio crítico y autocrítico, de
que esa conducta le hace daño a su pareja, y recibe el perdón, no avanzamos
mucho en este sentido.
4)
Otro
error muy común es creer que las personas son la conducta. Las personas NO SON
la conducta. La personas HACEN cosas, pero NO SON esas cosas. Shantideva, el
siglo 8 preguntaba: ¿Si alguien te pega con un palo, te pones bravo con el
palo? Así, la persona mueve el palo, pero la emoción mueve la persona, y las
emociones van y vienen. Muchas veces nos
pasó: después de la terrible discusión nos damos cuenta que fuimos muy duros al
decir tal o cual cosa, pero “Después de ojo sacado no vale Santa María”. Nada,
ya lo dijimos, y herimos a la otra persona, y uno se siente muy mal por haber
dicho eso, y trata de volver el tiempo atrás. De lo que se desprende que la
persona que reconoce el error no es la misma persona que comete el error.
Porque lo que yo hago NO me define como persona, porque las personas NO SON la
conducta. Alguna vez nos pasó con un artista; un cantante, un escritor, un
actor, que hizo una canción, un poema, una película, maravillosa que llegó a
nuestra alma y nos hizo alcanzar una experiencia casi mística con esa canción o
poema o actuación, y, la vida nos da la oportunidad de conocerlo. Aparece la
ocasión de verlo en persona y cuando lo tenemos al frente que casi se nos doblan
las rodillas al estar frente a esa persona que consideramos casi sobrenatural,
nos damos cuenta que… …es un
engreído o un patán, y uno se va decepcionado preguntándose: ¿Cómo es posible
que ese hijo de puta haya escrito esa canción tan bella? O ese poema tan bello?
Y es que las personas NO SON la conducta. Así como las personas hacen cosas
buenas y eso no los puede definir como personas; así hacen cosas malas y eso
tampoco los puede definir como personas.
5)
Del
error hacemos un traje que no le quitamos NUNCA al otro. Cuando el otro comete
un error, caracterizamos a esa persona con ese error para siempre; si dijo una
mentira, entonces es el MENTIROSO. Y esa etiqueta no se la quitamos NUNCA! Y es
que cuando etiquetamos a una persona en
virtud del error que cometió no somos honestos porque no estamos diciendo toda
la verdad. El gaucho Martín Fierro cantaba: “El que calla
una verdad miente sin abrir la boca”. Cuando magnificamos el error y en virtud
de ese error etiquetamos a una persona dejamos de lado las cosas buenas que de
seguro tiene esa persona. Por ejemplo, el hombre puede ser buen padre aunque
haya sido infiel (sigo con el mismo ejemplo), y siendo verdaderamente honestos,
no es lícito llamarlo “El Coño e’ madre ese” y pensar de él para el resto de la
vida, y hacerle creer a los niños, y a toda la familia que él es el “Coño e’
madre ese”. Es como si un alemán viviera a Venezuela en una avioneta y
aterrizara en Los Médanos de Coro, y sacara fotos, y volviera a Alemania, y al
llegar dijere a sus amigos alemanes: “Venezuela es puro desierto”, “En
Venezuela no hay un árbol”, en realidad no está siendo honesto, porque en
Venezuela hay ríos, árboles, ciudades, nieves, montañas, etc. Así son los seres
humanos, son mucho más que la única característica que queremos resaltar porque
esa característica nos hizo daño. Si le ponemos la etiqueta eterna de “El Coño
e’ madre ese” ¿Cómo vamos a poder perdónalo? Es como la presentadora de
televisión que dice: QUE PASE EL DESGRACIADO!!
Si lo van a juzgar y desde ya le dicen “El desgraciado” ¿Qué clase de
juicio es ese? Obviamente no es un juicio imparcial. Es muy difícil perdonar a “el
coño ‘e madre ese”, es más fácil perdonar a un ser que en un momento de su vida
cometió un error conmigo. Yo puedo decidir no estar más con esa persona, pero
de ahora en adelante, y sobretodo porque no estoy más con esa persona, debo
perdonarlo para CANCELAR EL PASADO.
Les dejo varias líneas a manera de
resumen para facilitar el proceso del perdón:
El perdón es una cancelación del pasado.
Hay alguno errores conceptuales que nos dificultan el perdonar:
1)
El
perdón NO es un acto, es un PROCESO.
2)
El
perdón NO es una autorización para que el otro siga lastimando.
3)
El
perdón es un acto íntimo.
4)
Las
personas NO SON la conducta.
5)
Del
error que comete el otro le hacemos una identidad y no se la quitamos nunca.
Dr. Roger Garcés
Psicólogo
enelrespiramos@gmail.com
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Gracias Dr. Por compartir este tema, de una manera comprensible
ResponderEliminarEl perdón, hay tantas cosas que marcaron nuestras vidas que la misma madurez y el tiempo no llevan a borrarlas. Habría que hacer el ejercicio luego de leer este interesantísimo artículo, si realmente lo hemos hecho. Mil gracias por compartirlo
ResponderEliminarPrimero debemos perdonarnos, luego perdonar.
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