martes, 30 de enero de 2018

EL PERDÓN. UNA MANERA DE MANEJAR EL ODIO.


UNA MANERA DE MANEJAR EL ODIO, EL PERDÓN.

Por Roger Garcés 
Psicólogo


El Buda dice: El odio es como  lanzar carbones encendidos al otro, es verdad, le hace daño al otro, pero uno también se hace daño. También se dice que el odio es como tomar veneno esperando a que el otro sea el que muera.  En todo caso, siempre vemos que una vez que se cae en las redes de la rabia,  el que odia también sale perjudicado. Por eso el Buda proponía una solución  verdaderamente salvadora: El Perdón. Él  decía: El perdón es una cancelación del pasado. Y así es, cuando se perdona uno se libera de esos pensamientos que hacen daño, y que le vienen haciendo daño a uno desde hace mucho tiempo. Cuando se perdona la acción que nos hizo daño queda atrás y ya no nos vuelve a lacerar. Aquel maltrato que recibimos de nuestra madre cuando teníamos siete años y que quedó grabada en nuestra alma, y que determinó y delineó muchas de nuestras conductas actuales, quedó allá, en 1970, cuando tenía siete años. Aquella traición que me hizo aquella mujer cuando tenía 17 años y que determinó cómo serían mis relaciones de pareja durante muchísimo tiempo, quedó allá, en 1980. Ya no me lacera, ya no me martiriza sino que cancelo el pasado y devuelvo a su tiempo la acción que me lastimó, y no la mantengo viva  en mi mente. Siempre se nos ha insistido acerca del perdón, el Maestro Jesús hablaba de  la necesidad de perdonar, lo que no nos dijeron era cómo perdonar.



Mucha gente hace un acto de perdón y…   ... no se siente distinto después de haber “Perdonado”, no hay ninguna “Liberación”, y es porque no se ha realizado el perdón correctamente. Es como cuando uno va a misa y recibe la comunión, y el cura le dice a uno: Por este acto de comunión te son perdonados tus pecados, y uno con la ostia en la boca, ya sale de la cola de la comunión y se dirige a su puesto mientras va pensando: Ya me perdonaron los pecados, pero no me siento distinto.  Lo mismo ocurre cuando una mujer le “Perdona” a su marido una infidelidad, a la primera discusión le saca en cara la misma infidelidad que días atrás le había “Perdonado”. Esto ocurre porque no sabemos perdonar, y no sabemos qué es el perdón. Se nos hace difícil perdonar porque tenemos algunos errores conceptuales con respecto al perdón. Los errores más comunes son los siguientes:

1)      En primero lugar el perdón NO es un acto, es un PROCESO. No es como cuando uno le da al suiche para prender la luz, prendido/apagado o perdonado/no perdonado. NO, eso no existe. Se INICIA el proceso del perdón, y todavía no se sabe cuándo se completa. El solo hecho de decir: Te perdono, no es suficiente para perdonar. El perdón es un proceso que se va incubando, se va desarrollando y va creciendo; si crece bien y se riega dará frutos.

2)      El perdón NO es una autorización para que el otro siga lastimando.  Sigo con el caso de las mujeres aunque funciona igual para hombres y  para mujeres: Es como cuando una mujer dice: ¿Para qué lo voy a perdonar? ¿Para que siga con la otra? También dicen: Es que si lo perdono va a seguir jodiendo!! Paralelamente al proceso del perdón tiene que haber una acción que limite la conducta del otro. En todo caso, debe existir algo que controle la conducta lesiva. En muchos casos las leyes pueden ayudar en este sentido. También puede ayudar hacer un compromiso sagrado, de tal manera que la persona se comprometa firmemente a no volver a cometer la falta.

3)      El perdón NO necesariamente debe conocerse. El perdón es un acto íntimo, el otro no tiene por qué saber que fue perdonado. Sobre todo cuando se trata de personas que nos hicieron daño hace mucho tiempo y ya les perdimos la pista físicamente, pero en nuestra mente están muy activas. Tal vez en la relación de pareja si es importante el saber que alguien fue perdonado, y esto implica una responsabilidad y un compromiso de no volver a cometer aquello que lesionó tanto a la otra persona. De alguna manera implica que el perdonado desarrolle conciencia de problemática y actitud reparatoria, porque si la idea de un hombre es tener varias mujeres y no desarrolla juicio crítico y autocrítico, de que esa conducta le hace daño a su pareja, y recibe el perdón, no avanzamos mucho en este sentido.

4)      Otro error muy común es creer que las personas son la conducta. Las personas NO SON la conducta. La personas HACEN cosas, pero NO SON esas cosas. Shantideva, el siglo 8 preguntaba: ¿Si alguien te pega con un palo, te pones bravo con el palo? Así, la persona mueve el palo, pero la emoción mueve la persona, y las emociones van  y vienen. Muchas veces nos pasó: después de la terrible discusión nos damos cuenta que fuimos muy duros al decir tal o cual cosa, pero “Después de ojo sacado no vale Santa María”. Nada, ya lo dijimos, y herimos a la otra persona, y uno se siente muy mal por haber dicho eso, y trata de volver el tiempo atrás. De lo que se desprende que la persona que reconoce el error no es la misma persona que comete el error. Porque lo que yo hago NO me define como persona, porque las personas NO SON la conducta. Alguna vez nos pasó con un artista; un cantante, un escritor, un actor, que hizo una canción, un poema, una película, maravillosa que llegó a nuestra alma y nos hizo alcanzar una experiencia casi mística con esa canción o poema o actuación, y, la vida nos da la oportunidad de conocerlo. Aparece la ocasión de verlo en persona y cuando lo tenemos al frente que casi se nos doblan las rodillas al estar frente a esa persona que consideramos casi sobrenatural, nos damos cuenta que…       …es un engreído o un patán, y uno se va decepcionado preguntándose: ¿Cómo es posible que ese hijo de puta haya escrito esa canción tan bella? O ese poema tan bello? Y es que las personas NO SON la conducta. Así como las personas hacen cosas buenas y eso no los puede definir como personas; así hacen cosas malas y eso tampoco los puede definir como personas.

5)      Del error hacemos un traje que no le quitamos NUNCA al otro. Cuando el otro comete un error, caracterizamos a esa persona con ese error para siempre; si dijo una mentira, entonces es el MENTIROSO. Y esa etiqueta no se la quitamos NUNCA! Y es que cuando  etiquetamos a una persona en virtud del error que cometió no somos honestos porque no estamos diciendo toda la verdad.   El gaucho Martín Fierro cantaba: “El que calla una verdad miente sin abrir la boca”. Cuando magnificamos el error y en virtud de ese error etiquetamos a una persona dejamos de lado las cosas buenas que de seguro tiene esa persona. Por ejemplo, el hombre puede ser buen padre aunque haya sido infiel (sigo con el mismo ejemplo), y siendo verdaderamente honestos, no es lícito llamarlo “El Coño e’ madre ese” y pensar de él para el resto de la vida, y hacerle creer a los niños, y a toda la familia que él es el “Coño e’ madre ese”. Es como si un alemán viviera a Venezuela en una avioneta y aterrizara en Los Médanos de Coro, y sacara fotos, y volviera a Alemania, y al llegar dijere a sus amigos alemanes: “Venezuela es puro desierto”, “En Venezuela no hay un árbol”, en realidad no está siendo honesto, porque en Venezuela hay ríos, árboles, ciudades, nieves, montañas, etc. Así son los seres humanos, son mucho más que la única característica que queremos resaltar porque esa característica nos hizo daño. Si le ponemos la etiqueta eterna de “El Coño e’ madre ese” ¿Cómo vamos a poder perdónalo? Es como la presentadora de televisión que dice: QUE PASE EL DESGRACIADO!!  Si lo van a juzgar y desde ya le dicen “El desgraciado” ¿Qué clase de juicio es ese? Obviamente no es un juicio imparcial. Es muy difícil perdonar a “el coño ‘e madre ese”, es más fácil perdonar a un ser que en un momento de su vida cometió un error conmigo. Yo puedo decidir no estar más con esa persona, pero de ahora en adelante, y sobretodo porque no estoy más con esa persona, debo perdonarlo para CANCELAR EL PASADO.



Les dejo varias líneas a manera de resumen para facilitar el proceso del perdón:
El perdón es una cancelación del pasado. Hay alguno errores conceptuales que nos dificultan el perdonar:

1)      El perdón NO es un acto, es un PROCESO.
2)      El perdón NO es una autorización para que el otro siga lastimando. 
3)      El perdón es un acto íntimo.
4)      Las personas NO SON la conducta.
5)      Del error que comete el otro le hacemos una identidad y no se la quitamos nunca.

Dr. Roger Garcés
Psicólogo
enelrespiramos@gmail.com
0058 0416 8276258



3 comentarios:

  1. Gracias Dr. Por compartir este tema, de una manera comprensible

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  2. El perdón, hay tantas cosas que marcaron nuestras vidas que la misma madurez y el tiempo no llevan a borrarlas. Habría que hacer el ejercicio luego de leer este interesantísimo artículo, si realmente lo hemos hecho. Mil gracias por compartirlo

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  3. Primero debemos perdonarnos, luego perdonar.

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