VALAR MOTGHULIS III
Prepararse para la muerte.
Lic. Roger
Garcés
Psicólogo
Esta es la tercera entrega de la serie
Valar Morghulis. En las dos primeras exploramos lo inevitable de la muerte y el
por qué le tememos. Ahora, y a sabiendas de que es inevitable e ineluctable,
explicaremos porqué es necesario prepararse para la muerte y ofreceremos
algunos elementos para ello.
Imagine que en un
examen médico de rutina recibe unos resultados no esperados. El médico lo llama
aparte y le dice que no le gustan los resultados. Después de explicarle el
cuadro clínico le dice que Ud. Tiene una enfermedad incurable y que le quedan
10 años de vida. Sale pensativo del consultorio pensando en qué haría en esos
10 años de vida que restan. En este caso
¿Qué haría usted? ¿Qué cosas haría en su vida sabiendo que le restan 10 años de
vida? Si en este momento quiere detener la lectura y tomar nota de las cosas
que haría puede hacerlo.
Sigamos con el
experimento: Unos días más tarde el mismo médico lo llama y le pide que vaya a
verlo. Una vez en consulta, le dice que se había equivocado en el pronóstico y
que no le quedan 10 años de vida sino un año solamente. Apesadumbrado sale pensando en qué podría hacer en este único año
que le resta de vida. Anota las cosas que le gustaría hacer y las compara con
la primera lista. Si usted en este momento quiere hacer lo mismo puede hacerlo.
Pocos días después
el medico lo vuelve a llamar y acuerdan una tercera cita. Esta vez le dice que
volvió a equivocar el pronóstico y que realmente le queda sólo una semana de
vida. ¿Qué haría en esa semana? Es el momento de hacer o revisar las listas
anteriores y contrastarlas.
Por lo general la
primera lista incluye cosas tan lejanas como imposibles. La mayoría de la gente
dice que le gustaría viajar o graduarse en la universidad. Cuando el tiempo se
va acortando la lista comienza a tener cosas verdaderamente importantes. Cuando
se llega a la lista de la semana de vida la lista tiene las cosas más
importantes en la vida de la persona.
Ahora resulta que
estamos vivos y que sabemos qué es lo más importante en nuestra vida y además
sabemos que podemos hacerlo. ¿Por qué no empezar ahora mismo? Como la muerte es impredecible tenemos la
obligación de hacer de cada segundo de nuestra vida una experiencia inolvidable.
Además nos convoca a preparar nuestra muerte para que no haya problemas después
de ella: ¿Alguien, además de nosotros, sabe cómo manejar nuestras cuentas
bancarias? ¿Sabemos cómo vamos a ser enterrados o cremados? ¿Hemos hecho un
testamento? ¿Hemos preparado el futuro de esa persona a quien queremos tanto
como para que pueda estar bien cuando nos vayamos? Todas estas preguntas y otras
más necesitan respuesta antes de que pasemos de plano. Eso significa prepararse para la muerte desde
el punto de vista material, pero hay otras dimensiones de la existencia que tal
vez necesiten mayor preparación: Tal vez necesitemos aprender a desprendernos
de las cosas materiales: estos significa aprender a manejar los apegos. Por otra
parte, tal vez necesitemos saldar aquella pequeña rencilla que, y de una manera
muy sabia, apartamos de nuestra vida hace años, pero que no hemos consentido en
perdonar.
Prepararse para la
muerte implica comprender que la vida se compone de ciclos que se abren y se
cierran. Pasamos por la niñez, la adolescencia, el liceo, el trabajo, los
amigos, la pareja, y cada uno representó un ciclo que a su vez se cerró. En este
momento de la vida también estamos en un ciclo. ¿Estamos preparados para cerrar
ese ciclo una vez que llegue el momento?
La ocurrencia de
ciclos nos recuerda que la vida está en continuo movimiento, nos recuerda que
todo cambia. Debemos prepararnos para dejar ir incluso lo que más amamos en
este momento. Debemos vivir la vida amando lo que tenemos pero con la actitud
de quien abre una jaula para que vuelen los pájaros.
Prepararse para la muerte nos da algunas ventajas:
- Nos ayuda a identificar qué es
lo más importante para nosotros en esta vida.
- Nos ayuda a arreglar todo antes
de que nos vayamos y evitar desagradables trámites a los que se quedan.
- Nos ayuda a entender que la
muerte es inesperada, así como debiera ser la vida! La vida debe ser una
sorpresa a cada momento. Solo la rigidez y el apego la convierten en la obstinante
rutina.
- La muerte nos ayuda a entender
que hay poco tiempo útil en la vida y que debemos aprovecharlo al máximo.
- La muerte nos ayuda también a entender
que todo lo que hemos construido es efímero y que puede irse en cualquier
momento, por ello es menester cultivar el desapego.
Con todas estas
ayudas y enseñanzas la muerte pasa de ser una espantosa imagen cadavérica a
convertirse en una amiga sabia y prolija en enseñanzas.
La próxima vez
hablaremos acerca del proceso de la muerte, por el momento me despido con las
palabras que nos son conocidas
VALAR MORGHULIS
Dr. Roger Garcés
Psicólogo Clínico
0416 8276258
psicogarces@gmail.com