ANATOMÍA DEL ODIO
PARTE III
SIN IRA NO
HAY ENEMIGO.
Formas erróneas de trabajar la ira.
La rabia, la ira,
el odio, la molestia, la irritabilidad son todos ropajes de una misma energía y
se han tratado de manejar por distintas vías. En los años 70 surgió una
corriente psicológica que animaba a las personas a que “drenaran” su rabia
golpeando cojines o gritando. Esto no
fue una técnica definitiva en el control de la ira solamente se “saciaban” las
ganas de agredir pero en cuanto se eliminaba esa “saciedad”, volvía la ira. Por
ello descargar la rabia no es una manera efectiva de manejarla.
Pero si descargar la rabia no es efectivo para manejarla
tampoco lo es tragársela. Reprimir la ira solo nos causa sufrimiento que puede
traducirse en enfermedades y/o accidentes. Hay gente que toma una tercera
opción: ignorar la rabia. Esto tampoco ha probado ser efectivo porque la mente
nos pone celadas en las que caemos muy fácilmente y de repente nos vemos
envueltos en una situación de rabia que aparece casi que de la nada. Es porque
esa rabia que pretendimos ignorar nos toma por asalto y hace de las suyas en
una especie de “Golpe de Estado” por parte de esa rabia que había sido ignorada
y que estaba escondida.
Así que tenemos
tres formas inadecuadas de manejar la rabia:
Reprimirla
Descargarla
Ignorarla.
Como hemos
insistido en el programa de radio y a lo largo de estos escritos, la forma de
manejar la rabia comienza por OBSERVAR la rabia, tal y como es; observar es qué
situaciones aparece; observar cómo es esa rabia; observar cuáles son los
síntomas fisiológicos de la rabia; observar cuáles son las consecuencias
familiares y/o sociales de la rabia. Etc. Cuando la podemos ver en detalle
podemos desprendernos de ella porque podemos trascender la adicción que produce
la rabia. Porque la rabia es eso: una adicción. Saboreamos la rabia a cada
momento, cuando comemos, cuando nos bañamos, cuando vemos televisión, etc. etc.
Cuando la vemos en detalle en nosotros nos damos cuenta que la rabia no es ese monstruo
que se apodera de nosotros sino que es una construcción que nosotros mismos
hemos hecho de una interpretación
equivocada de la realidad
Cuando queremos
que la realidad se comporte como nosotros queremos que sea según nuestros
esquemas mentales. Cuando no aceptamos la realidad sino queremos que cambie
porque no nos gusta la realidad entonces nos da rabia y generamos un
pensamiento que repetimos como un mantra: “Esto no debe ser”, y como la realidad es distinta a lo que
creemos que “no debe ser” interpretamos
que hay una especie de “conspiración” contra nosotros y decimos: “A mí todo me
sale mal”, “Se meten conmigo porque soy débil” y así vamos construyendo un
libreto en la película de nuestra vida en el que nos asignamos el peor papel
posible. Así vamos por la vida “actuando” nuestro libreto y, por supuesto,
lleno de rabia.
Por lo
anteriormente descrito para manejar adecuadamente la rabia debemos, en primer
lugar, observarla, para poder identificar qué clase de adicción es la que hemos
generado con respecto a esa rabia. En segundo lugar debemos poder deshacernos
de esa adicción al entender que la realidad no tiene por qué comportarse cómo
nosotros queremos, y entonces podemos
ver el papel que hemos venido jugando en ese libreto perverso que hemos venido
escribiendo para nuestra vida. De esto surge una importante recomendación:
Identifique cuál es el libreto que ha construido para su vida.
Lic Roger Garces
Psicólogo ClínicoCentro de medicina Hiperbárica y rehabilitación.
Previa cita Telf 0212 451 83 75
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