viernes, 7 de junio de 2013

Anatomía del odio. Parte 3

ANATOMÍA DEL ODIO
PARTE III

SIN IRA NO HAY ENEMIGO.

Formas erróneas de trabajar la ira.
     La rabia, la ira, el odio, la molestia, la irritabilidad son todos ropajes de una misma energía y se han tratado de manejar por distintas vías. En los años 70 surgió una corriente psicológica que animaba a las personas a que “drenaran” su rabia golpeando cojines o gritando.  Esto no fue una técnica definitiva en el control de la ira solamente se “saciaban” las ganas de agredir pero en cuanto se eliminaba esa “saciedad”, volvía la ira. Por ello descargar la rabia no es una manera efectiva de manejarla.



Pero si descargar la rabia no es efectivo para manejarla tampoco lo es tragársela. Reprimir la ira solo nos causa sufrimiento que puede traducirse en enfermedades y/o accidentes. Hay gente que toma una tercera opción: ignorar la rabia. Esto tampoco ha probado ser efectivo porque la mente nos pone celadas en las que caemos muy fácilmente y de repente nos vemos envueltos en una situación de rabia que aparece casi que de la nada. Es porque esa rabia que pretendimos ignorar nos toma por asalto y hace de las suyas en una especie de “Golpe de Estado” por parte de esa rabia que había sido ignorada y que estaba escondida.  
     Así que tenemos tres formas inadecuadas de manejar la rabia:
Reprimirla
Descargarla
Ignorarla.
      Como hemos insistido en el programa de radio y a lo largo de estos escritos, la forma de manejar la rabia comienza por OBSERVAR la rabia, tal y como es; observar es qué situaciones aparece; observar cómo es esa rabia; observar cuáles son los síntomas fisiológicos de la rabia; observar cuáles son las consecuencias familiares y/o sociales de la rabia. Etc. Cuando la podemos ver en detalle podemos desprendernos de ella porque podemos trascender la adicción que produce la rabia. Porque la rabia es eso: una adicción. Saboreamos la rabia a cada momento, cuando comemos, cuando nos bañamos, cuando vemos televisión, etc. etc. Cuando la vemos en detalle en nosotros nos damos cuenta que la rabia no es ese monstruo que se apodera de nosotros sino que es una construcción que nosotros mismos hemos hecho de una interpretación  equivocada de la realidad



      Cuando queremos que la realidad se comporte como nosotros queremos que sea según nuestros esquemas mentales. Cuando no aceptamos la realidad sino queremos que cambie porque no nos gusta la realidad entonces nos da rabia y generamos un pensamiento que repetimos como un mantra: “Esto no debe ser”,  y como la realidad es distinta a lo que creemos  que “no debe ser” interpretamos que hay una especie de “conspiración” contra nosotros y decimos: “A mí todo me sale mal”, “Se meten conmigo porque soy débil” y así vamos construyendo un libreto en la película de nuestra vida en el que nos asignamos el peor papel posible. Así vamos por la vida “actuando” nuestro libreto y, por supuesto, lleno de rabia.



      Por lo anteriormente descrito para manejar adecuadamente la rabia debemos, en primer lugar, observarla, para poder identificar qué clase de adicción es la que hemos generado con respecto a esa rabia. En segundo lugar debemos poder deshacernos de esa adicción al entender que la realidad no tiene por qué comportarse cómo nosotros queremos, y  entonces podemos ver el papel que hemos venido jugando en ese libreto perverso que hemos venido escribiendo para nuestra vida. De esto surge una importante recomendación: Identifique cuál es el libreto que ha construido para su vida.

Lic Roger Garces
Psicólogo ClínicoCentro de medicina Hiperbárica y rehabilitación.
Previa cita Telf 0212 451 83 75

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