UNA INTERPRETACIÓN DE LA NAVIDAD
Por Roger Garcés
Psicólogo
Es conocido que la Iglesia Católica asumió
el 25 de diciembre como fecha del nacimiento de Jesús ya que en la biblia no se
señala en ninguna parte la verdadera fecha de nacimiento de Jesús. En el 354 Después de Cristo el Obispo
Liberio de Roma ordenó a los creyentes celebrar ese día la natividad con el fin
de cristianizar las fiestas que tradicionalmente se realizaban en gran parte de
Europa y particularmente en Roma con Las
Saturnales.
Las fiestas tradicionales europeas en el
hemisferio norte eran en realidad fiestas solares que celebraban el solsticio
de invierno que comienza el 21 de diciembre. El sol se va alejando desde el
solsticio de verano hasta el solsticio de invierno y durante el mismo el sol
mantiene “quieto” en el cielo durante 3 días, luego de los cuales retoma sus
posiciones en el cielo y comienza a acercarse. Por tanto el 25 de diciembre marca
el momento en que el sol “renace” y comienza un nuevo ciclo de luz. No es de
extrañar que muchas culturas hayan coincidido en celebrar el día de nacimiento
de sus deidades justamente el 25 de diciembre. En este sentido Horus, Mitra,
Krhsna y Dionisios son algunas deidades que comparten su celebración con Jesús.
En general las tribus nórdicas y en particular los Celtas daban mucha
importancia a la celebración del solsticio de invierno.
De esta última
cultura mencionada nos viene el actual Halloween. Los celtas celebraban el
Samhain el día que a nuestro calendario corresponde el 31 de octubre. Esta
celebración también fue cristianizada por la Iglesia católica como fiesta mayor, y fue convertida en la vigilia que preparaba la
celebración del día de todos los santos. Esta vigilia vespertina del día
anterior a la fiesta de Todos los Santos, dentro de la cultura Inglesa se
tradujo al inglés como: «All Hallow's Eve», en inglés: All
Hallow's Eve, ‘(Vigilia de Todos los Santos’). Con
el paso del tiempo su pronunciación fue cambiando primero a «All Hallowed
Eve», posteriormente cambio a «All Hallow Een» para
terminar en la palabra que hoy conocemos «Halloween».
La festividad céltica del Samhain se
describe como una comunión con los espíritus de los difuntos que, en esta
fecha, tenían autorización para caminar entre los vivos, dándosele a la gente la
oportunidad de reunirse con sus antepasados muertos. Para mantener a los
espíritus contentos y alejar a los malos de sus hogares, dejaban comida fuera,
una tradición que evolucionó convirtiéndose en lo que hoy hacen los niños en
los países nórdicos, quienes van de casa en casa pidiendo dulces.
El Samhain es pues una antigua festividad
celta que tiene más de 3000 años de antigüedad —lo que la convierte quizá en
una de las celebraciones más antiguas de la historia humana—, que se realizaba
durante la noche del 31 de octubre.
La festividad que antecede a Samhain en el
calendario celta es Mabón que celebra el equinoccio de otoño. Éste es el día en
que la noche y el día tienen la misma duración.
Entonces tenemos
que:
·
21 de septiembre. Equinoccio de
otoño.
Mabón marca el momento en que la noche y el día duran lo mismo
pero comienza verdaderamente el dominio de la oscuridad. Las noches comienzan a
hacerse más largas que los días.
·
31 de octubre.
Samhain en donde hay una comunicación con los muertos
·
21 de diciembre
Solsticio
de invierno. Festividad de Yule para los celtas.
Esto ocurre
durante el dominio de la oscuridad, en esta fase del año, luego del solsticio
de verano, los días comienzan a hacerse cada vez más cortos y las noches (la
oscuridad) cada vez más larga.
También podemos
verlo de esta manera:
·
21 de septiembre. Equinoccio de
otoño.
Equivalencia entre lo manifestado y lo no manifestado donde
empieza a prevalecer lo “No manifestado”
·
31 de octubre.
Prevalece lo “No manifestado” y puede haber comunicación con el
inframundo.
·
21 de diciembre
Día de mayor potencia de lo “No manifestado”.
Entre 21 de septiembre y 31 de octubre hay
40 días, y entre 31 de octubre y 21 de septiembre hay 50 días.
La cuenta de 40 días se entiende como
preparación y también la de 50 días. De hecho la tradición hebrea realiza la
cuenta de los 50 días (los 49 0 7 x 7) y se realiza la actividad al siguiente
día (el día 50). La cuenta de Los cuarenta y nueve días
se llama SEFIRÁ y enseña cómo recuperar el control de nuestras
emociones, mostrando cómo refinar el carácter, paso a paso, de una manera
basada en las verdades eternas de la Torá. Contar la sefirá ilumina los
diferentes aspectos de nuestra vida emocional. Los días de sefirá nos cuentan
una historia — la historia de nuestras almas.
El espectro de la
experiencia humana se divide en siete emociones o cualidades, conocidas en
plural como sefirot. Cada una de estas siete cualidades, a su vez, se subdivide
en siete, haciendo un total de cuarenta y nueve.
CADA DÍA TIENE VIDA PROPIA.
EL DÍA ES UN FLUJO ÚNICO DE ENERGÍA
AGUARDANDO SER CANALIZADA DENTRO
DE LA FIBRA DEL SER DEL HOMBRE.
Cada uno de los cuarenta y nueve días de sefirá ilumina una de las
cuarenta y nueve emociones. La energía de cada día consiste en examinar y
refinar su correspondiente emoción. La siguiente es una descripción de los
siete atributos emocionales, los cuales, en varias combinaciones constituyen
las cuarenta y nueve cualidades a ser examinadas y desarrolladas durante este
período. Lo que sigue ofrece sólo una de las tantas aplicaciones.
LOS SIETE ATRIBUTOS EMOCIONALES
Jésed: Amor, benevolencia.
Guevurá: Justicia, disciplina, restricción, temor.
Tiferet: Belleza y armonía, compasión.
Nétzaj: Persistencia, fortaleza, ambición.
Hod: Humildad, esplendor.
Iesod: Cohesión, fundamento.
Maljut: Nobleza, soberanía, liderazgo.
MI INTERPRETACIÓN
Llama la atención que durante el dominio de la luz, luego del
solsticio de invierno, donde los días comienzan a hacerse cada vez más largos y
las noches cada vez más cortas ocurren tres festividades cristianas
importantes; El carnaval, que aunque no es una celebración cristiana marca el
inicio de la semana santa (40 días antes) y el Pentecostés (50 días después). Es interesante el paralelismo en cuanto a las distancias temporales que existe entre estas celebraciones y las anteriormente señaladas.
De lo anterior se
desprende, cumpliendo con el principio hermético de “como es arriba es abajo”,
que hay tres puntos importantes en el
dominio de la luz para lo MANIFESTADO y
tres puntos importantes en el dominio de la oscuridad para lo NO MANIFESTADO. Si
lo NO MANIFESTADO puede hacerse MANIFESTADO, pues, justamente este es un proceso MÁGICO que vuelve Manifiesto lo No Manifiesto,
y mi interpretación es que justamente la fecha para que ocurra este proceso
mágico es la del Solsticio de invierno. Por eso la navidad es una fecha llena
de magia y en la que se puede hacer magia, siempre que el mago conozca su
simbología secreta.
Lic. Roger Garcés
Psicólogo
Centro de medicina
Hiperbárica y Rehabilitación
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