¿Cómo son las Hadas?
Durante una
entrevista de radio en el programa EL MUNDO EN POSITIVO que conduce la
Terapeuta holística Luris Pérez por Radio Sintonía 1420 AM, un oyente formuló
una pregunta que ha estado rondándome
durante bastante tiempo: ¿Cómo son las Hadas? Luris formuló la interrogante al
aire con esa voz magnética, bella y profunda como quien lo aborda a uno en la
calle y le pregunta cómo se llega al cielo?
Alguien también preguntó si las Hadas existen y le sugerí que visitara
el blog laterapiadelashadas.blogspot.com
en donde ya con anterioridad había escrito un artículo que titulé:
ACERCA DE LAS EXISTENCIA DE LAS HADAS.

Pero ante la
pregunta ¿Cómo son las Hadas? Se plantea un interesante reto. La verdad nunca
me había detenido a pensar en la forma de las Hadas. Sé que la representación
que han hecho los pintores de unas
figuras femeninas con alas no debe ser la verdadera forma de las Hadas. Así
como la representación de los ángeles que hicieron los pintores renacentistas
no creo que sea la más acertada. Cuando Jehová o el dios del antiguo
testamento, ese dios guerrero y vengativo, iba a destruir una ciudad, mandaba
un ángel y de verdad, no me imagino un niñito regordete con nalgas rosadas y alitas destruyendo una ciudad. Creo que los ángeles
deben ser una figura más intimidatoria o en todo caso más humana como en el
caso de los ángeles que intentaron violar en
Sodoma (Génesis, 19). Como quiera sea el caso al parecer los seres
sutiles pueden elegir la forma que quieran, cuando permiten que nosotros los
veamos.

Si las Hadas rigen
los reinos de los cuatro elementos, lo lógico es que su presencia tenga la
simbolización de esos elementos de acuerdo a su Caos, como llamaba Paracelso.
Este alquimista decía que los seres elementales del aire tenían una forma
parecida la humana ya que al ser el elemento más sutil (el aire)
necesitaban de una densidad importante para ocupar ese Caos (o lugar donde
viven). Así, las ondinas, o seres del agua, también tenían una apariencia
parecida a la humana. Esto se debe a que su Caos, el agua, tiene una densidad
mayor que el aire, pero aun así no es tan denso. Por eso se dice que pueden ser
seres muy delgados y bellos. Pero con los seres de la tierra la cosa cambia, su
caos es muy denso y por tanto la presencia de estos seres debe ser muy, muy
etérea para que puedan atravesar la piedra sin problemas. Si los gnomos son tan
etéreos sería difícil poder verlos, y con los seres del fuego, las salamandras,
deben tener una densidad que lega casi al nivel atómico para que puedan vivir
en el plasma que se produce en la llama.
En todo caso, y
como quiera que se trate de seres sutiles y de representaciones arquetipales,
la forma de las Hadas siempre será una experiencia personal e íntima. ¿Alguien puede decir cómo es la apariencia de
Dios? Sin embargo, cada uno sabe de la presencia de Dios cuando está en
contacto con él. ¿Alguien puede decir cómo es la forma de los ángeles? Sin
embargo, cada quien sabe de la presencia de los ángeles cuando éstos actúan.

Yo pienso que cada
persona tiene una conexión especial con un elemento en particular. Siento
también que, como en el caso del nombre mágico, esa conexión no debe ser dicha
a otros. Yo siento que esa conexión debe vivirse intensa e íntimamente, y en
cada conexión la persona va generando una forma con que identifica al ser sutil
con que se ha conectado, pero a veces es difícil establecer una forma como tal,
más bien es una idea de forma. Es algo como… ahí toma lugar la metáfora. Ahí
toma lugar la imagen. Recordemos que la palabra metáfora tiene la misma raíz
que teleférico y viene de Meta= más allá y Pherein=transportar. Es decir que
con la imagen que asignamos o la metáfora que ponemos acerca de la forma de las
Hadas llevamos esa conexión a un lugar más allá. Llevamos esa conexión a esa lugar donde verdaderamente somos
nosotros, a ese lugar íntimo que es sagrado y donde ningún profano ha entrado,
es decir, a nuestro templo interior. En ese lugar somos verdaderos iniciados,
aprendices y maestros; adepto y sumo sacerdote y es un lugar tan frágil y tan
hermoso que muchas veces ni siquiera nosotros mismos visitamos. En ese lugar a
veces, ni siquiera hacen falta formas sino que nos contentamos con su
presencia. Sabemos que están, sabemos que existen y no nos molestamos en
asignar ropajes. En ese lugar la imagen lo es todo, la imagen nos transporta
más allá. Un ejemplo puede ser: ¿Cómo son las Hadas? Y uno construye una
imagen: Como gotas de rocío. Y esa sensación de frescura, de belleza, de
sutilidad, de algo tan frágil y bello que puede romperse con tan solo tocarlo, ocupa
todo nuestro ser. Esa sensación somos nosotros. Nos quedamos en la sensación.
En ese momento nuestra mente reposa en la sensación… …y nos quedamos como en ensoñación… …con esa conexión íntima… …en ese pedacito de cielo que hemos bajado
a la tierra… …nos quedamos un momento
más allá.
Llegado a este
punto uno se da cuenta de lo difícil que es contestar la pregunta ¿Cómo son las
Hadas?, por eso cuando me la formulan sonrío y ladino les digo: como Campanita
no son…