LAS GORDITAS TAMBIÉN SON BELLAS.
II. ¿Cuándo se es gordo?
Lic. Roger Garcés
Con alguna frecuencia he asistido en
consulta a mujeres que dicen sentirse mal por ser gordas y a mí no me parece
que lo sean. Basta que la persona se sienta gorda para que comience a sufrir
aunque en realidad no lo sea. He visto en consulta a una mujer de 25 años con
una figura escultural pero totalmente angustiada por creerse gorda. Su angustia
llegaba a tales extremos que se producía el vómito después de comer para no
engordar. Sin embargo, esta joven mantenía una figura delgada pero era su mente
la que le indicaba que estaba gorda y esto, sencillamente no podía soportarlo. También
he visto mujeres con evidente sobrepeso que no se consideran gordas. De lo
anterior sobreviene la pregunta: ¿Cuándo se es gordo?
A mi manera de ver con la condición de
gordura pasa lo mismo que con la condición de vejez. ¿Cuándo se es viejo? He visto
personas de 50 años físicamente acabadas, deterioradas y con un pensamiento cargado
de depresión y quejas. Así mismo he visto personas de 65 años subiendo al Ávila
trotando o tomando Whisky como kosacos y totalmente enamoradas de la vida, son físicamente atractivas y con una energía vital
hermosa. He escuchado a personas de menos de 50 decirse viejos y también he
escuchado a personas de más de 60 decirse maduros. La definición de “Viejo”
sigue siendo subjetiva y a mi manera de ver, lo mismo pasa con la definición de
“Gordo”.
Los nutricionistas utilizan una fórmula
para determinar el IMC o Índice de Masa Corporal que es IMC = Peso en Kgs/Talla
al cuadrado en metros, o lo que es igual; IMC = P/T2 , de manera tal
que si una persona pesa 70 Kgs y mide 1,50 mts, tendremos 70/1,50 X 1,50 ó 70/2,25
= 31,1, así 31,1 será su IMC.
Se asume que un IMC de
20 a 25 es considerado normal,
de 25,1 hasta 30 se considera
sobrepeso,
de 30,1 hasta 35 se considera
obesidad
y mayor de 35 se considera
obesidad mórbida
Aunque esta fórmula no aplica a los físico
culturistas y no es aplicable para medir obesidad a algunas personas de huesos
gruesos y fuertes, es bastante aplicada en la actualidad. El inconveniente de esta
fórmula es que no convence a quienes se sienten gordos.
Resulta obvio que ni el IMC ni mil razones
fácticas o incluso de verse a sí misma en un espejo no convencían a la chica de
25 años de la que hablábamos al principio de que era delgada.
De lo anterior se desprenden dos elementos
para saber si uno es gordo o no:
1)
El IMC
2)
El auto-concepto.
Para todas las personas, sean gordas o
no, deben tener cuidado acerca de algunas variable biomédicas, tales como la
Tensión arterial, los niveles de Glicemia y Triglicéridos las cuales pueden ser
un factor de riesgo es obesidad declarada y evidente. Pero más allá de lo
puramente técnico, queda suspendida en el aire nuevamente la pregunta:
¿Cuándo se es gordo?
En primer lugar ese término no existe en
la denominación biomédica. El término “Gordo” está teñido de descalificación. De
tal manera que cuando una persona se asume “Gorda” conjuntamente con la palabra
también se asume con una carga emocional que la descalifica. Así que responder
a la pregunta: ¿Cuándo se es gordo? Implica también responder a la pregunta.
¿Cuándo comienzo a descalificarme? Implica también preguntarse: ¿Cuándo
comienzo a sentirme feo o no atractivo? ¿Cuándo empiezo a no gustarme?
Algunas personas entran y salen de la
condición subjetiva de gordura subiendo a bajando algunos kilos pero que en
definitiva no cambia sustancialmente su figura. La persona puede decir “estoy
gorda” y entonces la gordura para a ser una condición transitoria en la que se
utiliza el verbo “Estar” en vez del verbo “Ser”. Lo anterior lo que verifica es
la auto-percepción como definitoria en la definición de gordura.
Si lo verdaderamente definitorio para sentirse
“gordo” es el contenido negativo que en lo emocional aplicamos, entonces cuando
empezamos a amarnos y a aceptarnos dejamos de ser “Gordos”. Podemos tener
sobrepeso y cuidar nuestras variables biomédicas y al mismo tiempo amarnos y
estar en armonía con nosotros mismos. En ese momento dejaremos de ser “Gordos”
para ser una persona que pertenece a la “Diversidad” y no que responde, ni
tiene por qué responder al patrón de belleza “Barbie” de la sociedad de
consumo. Una persona así se conoce y se ama. Podemos ser distintos a Barbie, pero
nunca peor. Simplemente somos diferentes y la diversidad es lo que realmente
define la naturaleza humana. Tener algunos kilos más que Barbie no nos hace
peor persona, simplemente nos hace seres humanos.
Una persona puede con toda licitud saber
que tiene sobrepeso pero cuando se asume “Gordo” conjuntamente se adosa una
descalificación. Es como ponerse en la
frente una moneda y mostrar el sello, sabemos que por la otra parte la moneda
tiene la cara. Así cuando nos decimos “Gordo” al mismo tiempo nos descalificamos
y es que hay que incorporar el análisis lingüístico para entender este
fenómeno; Sobre la palabra “Gordo” hemos adicionado una carga inconmensurable
de desprecio y bochorno.
De lo anterior se desprende que si las
personas con sobrepeso invirtieran más energía en amarse a sí mismas que en
descalificarse podrían vivir una vida más armónica y plena. Amarse a sí mismo
es ser más amigo de uno mismo, es como tener un amigo (que es uno mismo) que le
dice al oído y con una sonrisa: “No te preocupes”. Es como sentir una mano
amiga (que es la de uno mismo) que cariñosamente acaricia las mejillas y le
dice: “Yo te quiero como seas”.
Amarse
a uno mismo es dar cumplimiento al primer mandamiento. Así será de importante
que es el PRIMER MANDAMIENTO: “Amar a Dios sobre todas la cosas y a tu prójimo
COMO A TI MISMO”. Amarse uno mismo es comprenderse y no exigirse, es tratarse
con suavidad. Es no ser cruel con uno mismo ni castigarse.
La enseñanza de este mandamiento resulta particularmente
aleccionadora si uno se da cuenta de que “Como es adentro es afuera” y de que
vivimos, como decían los mayas en “El gran salón de los espejos”; es decir
recomiendo altamente que para mejorar el auto-concepto se comience por ver las
cualidades positivas en los demás. Así cada vez que vea a una persona concéntrese
en ver alguna cualidad en esa persona. Vea siempre algo positivo en esa persona
y más temprano que tarde las comenzará a ver en usted mismo.
Si las personas con sobrepeso se amaran
más a sí mismas dejarían de ser “Gordas”.
En la próxima entrega hablaremos de la
dinámica psicológica de las “gorditas” en cuanto a sus relaciones de pareja.
Todo lo anterior me califica para afirmar
otra vez: LAS GORDITAS TAMBIEN SON BELLAS.
Lic. Roger Garcés
Psicólogo
F.V.P. 2064
Centro de Medicina Hiperbárica
04168276258