miércoles, 30 de septiembre de 2015

Acerca del Micro-Karma

ACERCA DEL MICRO-KARMA

Por Roger Garcés
Psicólogo Clínico

      Ya es bien conocida la noción de Karma que refiere que las cosas que nos pasan son consecuencia de las cosas que hacemos. Karma es una noción que comparten muchas filosofías y doctrinas orientales, el hinduismo y el budismo son algunas de ellas.
      Según el budismo tibetano el Karma madura en cuatro condiciones:
·        El karma propulsado: Que va de una vida a otra.
·        El karma ambiental: Que da cuenta de las condiciones en las que nos toca vivir una vez que hemos ejecutado una conducta determinada
·        El karma similar a la causa: Que es donde la conducta se hace hábito y se repite incesantemente
·        El karma similar a la consecuencia: Donde recibimos lo que hacemos a los demás
      En todo caso Karma es la consecuencia de nuestras acciones que regresan a nosotros como si fuéramos sembrando semillas. Si plantamos semillas de manzano, con toda seguridad vamos a cosechar manzanas, pero si plantamos semillas de cactus entonces tendremos espinas y no frutas.
      La idea de la semilla es una de las que mejor describe el proceso del karma. Así, y al igual que la semilla hace falta que concurran algunas condiciones para que madure el karma. A una semilla le hará falta tierra fértil, agua y nutrientes para que madure en una planta, igualmente para que el karma madure deberán concurrir las siguientes condiciones:
1.     La intención.
2.     El objeto a quien dirigimos la conducta.
3.     La conducta propiamente dicha.
4.     La consumación o satisfacción
       Si prestamos atención a las cosas que nos pasan encontraremos que las mismas guardan relación con cosas que hemos hecho en un pasado más o menos remoto, y algunas definitivamente guardan relación con cosas que hemos hecho en vidas anteriores.
   

  

En todo caso las cosas que nos pasan son el resultado de las cosas que hemos hecho, algunas veces, hasta hemos olvidado que hemos hecho algunas cosas y nos sorprende el karma el cual encontró  ese justo momento para madurar. Las semillas se guardan y no se olvidan, en algún momento madurarán.
      Contrariamente a ese tipo de karma que nos sorprende porque ya hemos olvidado el origen, yo quiero llamar la atención hacia un fenómeno que he dado en llamar el “Micro-karma”, y se refiere a las consecuencias inmediatas que podemos sufrir cuando ejecutamos una conducta determinada. Estas consecuencias son muy rápidas, ocurren inmediatamente.  Una ilustración jocosa pueda dánosla el siguiente video que, aunque sabemos que no funciona de esa manera nos da una nota divertida e ilustrativa del fenómeno.




DARSE CUENTA Vs. VER

       Si observamos con detenimiento, y ya la palabra “Observar” nos mete en un problema. Deberíamos decir mejor: Si nos diéramos cuenta de lo que ocurre sabríamos, y la palabra “Saber” nos mete en otro problema. Tendríamos que redundar diciendo: nos diéramos cuenta de lo que pasa.
Es decir, palabra hacer una mejor ilustración vayamos con las construcciones gramaticales:
Oración 1: “Si observáramos lo que ocurre sabríamos lo que pasa”
Vs.
Oración 2: “Si nos diéramos cuenta de lo que ocurre nos diéramos cuenta de lo que pasa”

     Lo que sucede es que observar nos pone en contacto con el sentido de la vista y la vista es sólo una vía para llegar  a la conciencia. El lenguaje nos genera confusión, decimos “Déjame ver” en vez de decir “Déjame darme cuenta”. Y es que hay cosas que no podemos ver con la vista. Y aquí nos introduciremos en el reino de los cuatro elementos.


LOS CUATRO ELEMENTOS

       Los antiguos hermetistas referían que los ya consabidos cuatro elementos tenían una correspondencia con los sentidos. Así, con el aire se corresponde el olfato; con el agua el gusto; con la tierra el tacto, con la vista el fuego y el oído se corresponde con el éter, que sería el quinto elemento o en todo caso el espíritu.
       La psicología junguiana (y la alquimia) describe que a cada uno de esos elementos le corresponde también una función psicológica y una emoción. Así, el fuego tiene que ver con la rabia; el aire con la ansiedad; el agua con la tristeza y la tierra con el miedo. De manera tal que cuando mejoramos en un área determinada tenemos que usar el sentido correspondiente a esa área. Por ejemplo; para darnos cuenta de los avances que tenemos en dominar la rabia tenemos que usar la vista. Tenemos que “Ver” nuestra rabia, pero verla desde el espíritu. Con la grandeza y la armonía que nos proporciona el espíritu.




        Lo que generalmente hacemos es tratar de pensar (aire) acerca de nuestra rabia (fuego) y por tanto no podemos darnos cuenta de los avances o retrocesos que tengamos en esa área. No podemos tomar conciencia de los cambios porque tendremos “Ceguera a los cambios” y por eso creemos que no avanzamos.
        Si no podemos “ver” o mejor dicho, tomar conciencia de los cambios, entonces no podemos darnos cuenta de las consecuencias de nuestras acciones, es decir, del “Micro-Karma”. Cuando usamos la vía correcta para tomar conciencia de un área en particular podemos ser conscientes de todos los cambios, internos y eternos que ocurren. Podemos ser conscientes de las consecuencias que tienen para nosotros nuestras conductas y eso ocurre en un muy corto tiempo.
      Pongamos un ejemplo; si tenemos miedo (tierra) debemos usar la vía del tacto para tomar conciencia de las cosas que ocurren con respecto al miedo. Imaginemos que tenemos miedo a los delincuentes. Generalmente pensamos (aire) acerca de nuestro miedo y tenemos “Ceguera a los cambios” de todo lo que ocurre con respecto al miedo. Lo que nos causa miedo puedo darnos rabia (fuego), imaginamos que castigamos a los delincuentes o que les pasan cosas muy malas a ellos, (pensamos que en el fondo se lo merecen) y esto genera una consecuencia inmediata sobre nosotros: tenemos la sensación de que nos van a hacer daño porque previamente hemos imaginado el daño sobre otra persona (el delincuente) y este daño se nos devuelve imaginariamente sobre nosotros. Por eso tenemos esa sensación de que nos van a hacer daño y eso nos da miedo.



      Ahora pregunto: ¿Qué pasaría si cuando siento miedo tomo conciencia del mismo por el tacto y TOCO a otra persona? ¿Podré darme cuenta de las consecuencias de mi rabia si VEO mi rabia?  ¿Podré evitar que la rabia genere karma sobre mí si tomo conciencia de sus consecuencias a través de la vista?
       Detrás del Micro-Karma subyace una metodología que queda descrita en este ensayo. En ciernes está el taller que describe en detalle todo esto. Sin embargo, Usted puede empezar a utilizarlo desde ya.

Roger Garcés
Psicólogo Clínico
Consultas 0416 827 62 58


miércoles, 27 de mayo de 2015

CONTROL PSICOLÓGICO DEL DOLOR

EL CONTROL PSICOLÓGICO  DEL DOLOR

Por Lic. Roger Garcés
Psicólogo Clínico


     La experiencia de haber trabajado como psicólogo muchos años en el área de rehabilitación, viendo casos de cervicalgia, lumbalgia y dolor crónico en general, me ha hecho comprender la inmensa importancia que tiene la parte psicológica en el dolor crónico. El cuerpo es una metáfora de lo que pasa en la mente. En realidad el cuerpo es como una  representación de lo que sucede en ese mundo bajo la piel que es el alma o la psiquis.

     Es sabido que una persona que tiene una gran ansiedad o nerviosismo se le aumenta el dolor físico. Lo mismo pasa con la depresión o la tristeza. Ambas tienen el efecto de potenciar el dolor.




     Hemos acostumbrado a nuestro cuerpo a vivir bajo el mandato de la ansiedad y el estrés, y por tanto bajo el signo de la contracción  muscular. Pasamos la vida corriendo de arriba abajo, afanándonos en el trabajo y las obligaciones pero con las consecuencias fáciles de prever sobre nuestro cuerpo.  El dolor es una de esas consecuencias.




      El reconocimiento del estrés crónico por parte del paciente lo ayudará a superar el dolor. Aprender una buena técnica de relajación también lo ayudará en esa tarea, el conocimiento de técnicas psicológicas de control mental para superar el dolor le será de mucho beneficio. Es por ello que el psicólogo es uno de los profesionales importantes en el tratamiento del dolor crónico. La mayoría de la gente cuando tiene dolor crónico va al traumatólogo o al neurocirujano, y cada vez más médicos les indican a sus pacientes que acudan a su psicólogo de confianza porque se han dado cuenta que la parte mental es verdaderamente determinante en el tratamiento del dolor físico.



     El paciente con dolor debe ir primero a su médico. Una vez diagnosticado el dolor crónico quiere decir que la medicina ya poco tiene que hacer ahí, es entonces cuando entra en escena el psicólogo. Es en este momento cuando se debe visitar a un psicólogo especialista en el área para ayudar en  el tratamiento del dolor crónico.  El psicólogo le enseñará las técnicas psicológicas para el control del dolor crónico además de ayudarle a sanar otras áreas de su vida que seguramente tienen que ver con el dolor. La idea es que el dolor no invada todas las áreas de la vida del sujeto, para esto hace falta la psicoterapia para lograr la paz y el bienestar que nos merecemos.





Lic. Roger Garcés
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